Amor del bueno
puro y cristalino
recuerdos de infancia
risas de chiquillos.
Cordón umbilical
de su corazón al mío
ataduras suaves
besos de cariño.
Madre buena, siempre
aunque arrecie el viento
y vengan las nieves.
Corazón enorme
poeta en ratos libres
soñadora de utopías
amante de las gentes.
Forjadora de valores
esculpidos en el alma
de los seres que amaba
como legado perenne.