Frío, en el alma
corazón desangelado
desengaños enlazados
en los dedos.
Viejos fantasmas
vagan por las calles
vestidos de blanco.
Sonrisas burlonas
que acosan.
Abrazos amigos
que cobijan
sanan, dan calor.
Llanto, que cubre los ojos
dolor agudo
aguijón que rompe y rasga.
Perdido en el laberinto de la vida
por callejuelas estrechas.
Lamiendo las heridas abiertas
como perro sin dueño
mientras acecha la humedad
y el frío.
Vagando de acá para allá
hasta encontrar un corazón
a la vuelta de la esquina
que cobije su alma.