lunes, 22 de mayo de 2017

DOLOR


Dolorida tengo el alma
las entrañas rotas
el corazón
baldío de esperanza
y se mece mi angustia
en la linea infinita
del horizonte
donde habita
la nada.

Se murieron mis afanes
una tarde de estío
taladraron los sueños
de mi andar peregrino
calaron mis huesos
las lluvias frías
del invierno
 el amor
se alejó para siempre.

Nadie sabe
como estoy por dentro
muriendo en vida
regando mi almohada
en noches sin fin
y la mirada atenta
de las estrellas
única luz
a la que me aferro.

¿Quien puede entender el dolor del otro?
No se puede penetrar
en la conciencia
y el sentir
de nadie
altar sagrado
de cada ser
santuario divino
de las cosas humanas.

Quiero creer en el perdón
y el arrepentimiento
de aquel que me causó daño
y cerrar las heridas
de una vez por todas
emprendiendo el vuelo
libre
por fin
de ataduras.

P.D. Dedicado a las víctimas de la barbarie sin razón.