Atesoro silencios
para no romper el hechizo
con palabras
pegados el uno al otro
por el hilo invisible
de los afectos
y la sutil belleza
de un instante
a tu lado.
Hay un bullicio externo
que nos es ajeno
solos tú y yo
al borde de la vida
miles de voces provocativas
tratan de invadir nuestro espacio
y nuestros sueños
mientras nos aferramos
al silencio.
Me cobijo al abrigo de tu mirada
de tus gestos
escuchando los latidos de ese corazón tuyo
tan mio
y siento tu piel
se eriza la mía
sin palabra alguna
los dos
en silencio.
Silencios que vagan
en las entrañas
tuyas y mías
en lo más profundo del ser
volando en libertad
traspasando límites
donde nace la vida.