Son cortos los días,
se escapa el tiempo.
Se marchitan las margaritas
en el prado
y puedo escuchar el llanto de los chopos.
Mis pasos se han vuelto torpes
a la orilla del río
se aferran a la vida
intentando esquivar la muerte.
El sol se despide en la tarde
y también los amigos
para siempre.
El tiempo,
ladrón de sueños
y amaneceres.
Recojo mi llanto
en mi regazo herido
como un niño, huérfano
esperando un mañana.
Volverá la Primavera
después del frío invierno
desafiando tormentas
arañando conciencias.
Desnudos los árboles
al llegar el Otoño.
Mi corazón se refugia
en el beso del sol en el Verano.
Y mientras tanto
el tiempo,
¡corre!
¡Vuela!
El tiempo va muy apresurado y con él, muchos a quienes amamos. Todo sucede tan rápido.
ResponderEliminarUn gran abrazo con cariño, Maripaz.
Y tanto que sí Mari Paz, el tiempo vuela y más cuando ya no estamos en las estaciones más hermosas de la vida.
ResponderEliminarEs un poema precioso con bellas imágenes que refieren ese deterioro lo mismo en las personas que de la naturaleza, aunque ella tiene cada año una nueva oportunidad.
Me encanta como escribes, tan natural que da gusto leerte siempre.
Un besito, y que tengas un feliz fin de semana.
A veces ni nos damos cuenta cuando estamos en otro paisaje , donde nos brilla más el sol
ResponderEliminary los cantos de las aves nos armonizan el diario vivir...porque es gratitud vivir un dia más.
Abrazos.
Very Pretty
ResponderEliminarThanks