El roce de tu mano en mi cintura
el cálido beso de tu boca
volcán encendido
de pasiones
deseos y miradas silenciosas.
Yo quiero rodearme de tu cuerpo
sentir llegar tu amor cuando me tocas
y allá en lo más hondo de tu alma
cobijarme cada hora.
No es que el amor haya llegado de repente
agazapado estaba en mis entrañas
escondido y misterioso, estaba inerte
esperando la hora de salida
donde poder fundirse lentamente.
Acaricio tus manos y tu pelo
tu mirada prendida de la mía
voy vagando por tu frágil cuerpo
al caer la tarde de la vida.
Nuestros pasos enredados
en un baile
surcarán los caminos
y las calles
gritaremos a los cuatro vientos
todo el amor que llevamos dentro.