Para curar heridas
he vuelto a los verdes prados
donde se mecen las amapolas
al compás del viento.
Mis recuerdos dormitan
a la hora de la siesta
y no quiero
despertarlos.
Allá, donde solo yo habito
están ocultos.
Escondidos bajo tierra
a buen recaudo
de miradas curiosas.
Para curar heridas
he vuelto a sonreír
después de liberarme
y reencontrarme de nuevo.
Mi dolor flota en las nubes
y se aleja.
Quiero liberarme de él
para siempre.
Unos versos encantadoramente poéticos. Verdes prados, amapolas, viento, nubes, todo ello un bello compendio para perderse entre tus letras.
ResponderEliminarAlgunos recuerdos es mejor que dormiten, y sonreír al nuevo día.
Un placer la lectura. Un abrazo.
Hola Maripaz.. Que preciosidad, los verdes prados de Guardo te inspiran hacia el infinito. sonríe siempre, que es el mejor antídoto contra el dolor, déjalo que flote en las nubes, disfruta de las amapolas mecidas por la brisa del viento..
ResponderEliminarUn abrazo...
Me encantan las amapolas y ver la imagen me transporta esa es la verdad.
ResponderEliminarY tus versos nostálgicos y envueltos en emociones.
Besos.
Una bella manera de curar las heridas dejándose mecer por el viento y embriagar tu mirada con la belleza del campo y de las flores.
ResponderEliminarGracias por pasar por mi rincón de letras.
Abrazos.
Que el dolor fluya y se aleje. Hermoso poema.
ResponderEliminarUna foto preciosa, Maripaz, me encantan las amapolas, lástima que sean tan efímeras y no huelan bien...porque son muy bellas.
Poesía y naturaleza, el mejor conjuro contra el dolor.
Un abrazo,
Muy buen poema y las amapolas me gustan mucho
ResponderEliminarEl campo es el mejor lugar para curar todo tipo de heridas.
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
eres... sos... como las flores transparentemente bella
ResponderEliminarUno regresa a esos lugares donde sabe va obtener lo necesario para sanarse
ResponderEliminary seguir creciendo...porque toda experiencia es necesaria para
envalentonarse y seguir adelante.
un abrazo!